Este año, Marcela y Luzma hemos decidido emprender un viaje al conocimiento y volamos a Reggio Emilia, una encantadora ciudad, vibrante y acogedora, al norte de Italia. Citada como una de las ciudades con mejor calidad de vida, donde la modernidad se entrelaza con la tradición.
Llegamos a un lugar que nos invitó a la reflexión, al encuentro y a reinventar la educación y la sociedad en la que vivimos, al centro internacional Loris Malaguzzi, ahí, profundizamos nuestros saberes sobre la filosofía educativa llamada “Reggio Emilia”
¿Cómo nace? Al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el pueblo italiano debió reconstruirse. En Reggio Emilia, familias que lo habían perdido todo reunieron dinero vendiendo seis caballos, tres camiones y un tanque de guerra abandonado por los alemanes para poder construir una escuela – incluso utilizaron ladrillos de casas bombardeadas.
Es así como comienzan a construirse la red de escuelas infantiles y guarderías, impulsadas por Loris Malaguzzi, todo esto con la idea de lograr una sociedad más justa y democrática a través de la educación.
Este viaje viene a ratificar lo que hace mucho tiempo pensamos y vivimos en Entrepeques, educadores que acompañan al niño o niña en su desarrollo y aprendizaje, de manera lúdica, desde su propio interés, envuelto en un ambiente amoroso y respetuoso, siendo las familias parte importante de este proceso y una comunidad que debemos dejar atrás.
En esta visita al centro Loris Malaguzzi nuestros conocimientos fueron creciendo, nos centramos en la importancia del ambiente como un tercer educador. En como un registro riguroso y acabado de cada niño o niña es fundamental para reconocer sus habilidades e intereses. En cómo las reflexiones pedagógicas y el tiempo de trabajo como equipo educativo, nos llevan a mejorar nuestras prácticas y amar aún más nuestro quehacer.
Fuimos a un centro de reciclaje llamado REMIDA donde nos adentramos en un millón de materialidades que se pueden usar para las exploraciones e intervenciones.
Desde este punto de vista, podemos decir, que ha sido continuar nuestro viaje abrazando las filosofías y pedagogías humanistas, por eso, nos hace mucho sentido hablar hoy de la transdisciplinariedad, que es una teoría general que explora abarcar todas las disciplinas que se interesan por la humanidad, buscando una conjunción del saber. En la transdisciplinariedad las barreras entre las disciplinas desaparecen, ya que cada una reconoce- en su estructura- el carácter de todas las demás. Se trata de una nueva teoría de la organización que supere la óptica disciplinaria “la interdisciplinariedad forma un campo constituido o fácilmente construible puesto que conduce a negociaciones “diplomáticas” con lo que coexiste ya en un marco cerrado. (Arte y creatividad en Reggio Emilia, Vea Vecchi).
En pocas palabras, estamos frente a un nuevo escenario ¡ por fin! Carl Rogers, Rudolf Steiner (Waldorf), María Montessori, Emy Pikler y por su puesto Loris Malaguzzi con la filosofía de Reggio Emilia, tanto corrientes pedagógicas, como filosofías,disciplinas todas que buscan el desarrollo y conocimiento del mundo, a través del arte, el desarrollo espiritual, social y por supuesto cognitivo, pero ¿que tiene de particular Reggio Emilia? En Reggio se considera el ambiente como tercer educador, dando en este sentido, gran relevancia al mobiliario, a los accesorios, privilegiando de este modo la experiencia que ofrece por su capacidad de permitir estimular y “educar formas de ver, exploración y sensibilidad”. El ambiente debe ser bello y bien cuidado. El lenguaje poético en Reggio, es otro modo de estimular la estética, en especial las visuales.
Acerca de la documentación pedagógica “es una herramienta extraordinaria para el diálogo, para el intercambio y para compartir , la posibilidad de discutir todos con todos”(Hoyuelos 2004, pág 7), la documentación es una herramienta de gran valor para la planificación y la investigación, la evaluación, el desarrollo profesional y el apoyo a la participación democrática (Dhalberg y co 2007, Rinaldi 2006).
